Hace ya un par de meses, con la venida del invierno y la merma de actividad de las especies de verano en el delta del Plata, con Juanchi veiamos el verano muy lejano como para esperarlo con lo brazos cruzados. Asi fue como surgio la idea ir una vez mas en busca del tigre de los rios. Esta vez la idea era Paso de la Patria, pero conversando y barajando posibilidades, surgio la propuesta de flotar un tramo del rio corrientes en un gomoncito, haciendo campamento a orillas del rio para pasar las noches y pescar mientras la corriente nos depositaba en esquina.
Tras un largo tiempo de preparativos, en los cuales incluia conseguir un bote, remos, motor de emergencia, carpa, etc., y de poner a punto los elementos que ya teniamos, nos dirigimos hacia Esquina.
Alli contactamos a un ya amigo Luis Mantilla, del camping que lleva su mismo nombre, quien nos condujo hasta el puente Santa Rosa, ubicado a 35 kms de la ciudad de Esquina. De ahi en mas estuvimos a la merced de un rio que, a pesar de estar muy bajo en esta epoca (muchas veces la progundidad no supera los 30 cms), nos fue llevando por un paisaje increible y muy poco percudido por el accionar humano. Muchas fueron las bromas que nos hacian los lugareños, debido a que no nos pronosticaban buena pesca. Aunque tuvimos mucho tiempo de remada, campamento, incluido todo un dia sin pescar debido a un fuerte viento sur que nos inpedia avanzar, la pesca fue buena, y si bien los portes fuieron pequeños, pudimos izar y devolver en perfectas condiciones 13 ejemplares de dorado, 1 tararira de poco mas de 2 kilos, bagres, palometas, y hasta una boga robada.
La inmensidad de la naturaleza magnifico la pesca y nos dejo una especie de enamoramiento con el lugar... pronto habra una segunda vez.
Al llegar a Esquina tomamos un reconfortante baño y al otro dia ecanramos el Gran Paraná con nuestro mìnimo 4 hp de emergencia para la travesia, el cual pese a la imponente corriente del gran rio, logro movernos por un par de correderas. El resultado siguiò siendo positivo. Mas pesca y sobre el Paranà!
Una travesia inolvidable con anecdotas increibles como haber sido sinchados por un isleño y su caballo para superar un banco de arena. Menciòn aparte para la cordialidad de la gente de Esquina, que una vez màs, nos hace sentir mejor que en casa.
